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11 trucos para hablar en público y recibir un fuerte aplauso
‘Imagínate que todos están desnudos’. Este es, sin duda, uno de los consejos más repetidos para hablar en público y hacer frente a un auditorio lleno de personas. Pero lejos de los tópicos, hay muchos más recursos para afrontar esta situación. Desde Next International Business School han reunido algunos trucos.
JOSÉ TRECET – REDACCIÓN MASTERMAS – 12/03/2014

Comunicar es esencial para cualquier trabajo, pero todavía lo es más para quienes ocupan puestos de dirección. La mayoría de personas con estos perfiles es capaz de dirigirse a sus empleados más cercanos, incluso cuando el número de éstos es relativamente amplio. Los problemas surgen cuando su audiencia se transforma en un auditorio repleto de personas deseosas de escuchar el mensaje. ¿Cómo actuar en estos casos?
Existen infinidad de consejos para afrontar esta situación, algunos tan bizarros y repetidos como el de imaginarse a las personas asistentes a la charla desnudas para perder la vergüenza. Sin querer restar valor a los trucos tan arraigados en el acervo popular, existen otra serie de técnicas y estrategias que ayudan a controlar la situación, salir airosos e incluso recibir una cerrada ovación.
Desde Next International Business School han reunido algunos que ayudan a dominar la situación en todo momento.
1. Naturalidad, honestidad y emotividad: los tres pilares para una comunicación capaz de llegar a corazón del auditorio y que Daniel Rodríguez, profesor de comunicación de Next IBS apunta como claves. Un discurso que no suene forzado, ensayado o artificial es primordial, pero también un tono que no denote hastío, miedo o instranscendencia.
2. La importancia del principio y del final: como en una buena película, los primeros minutos son esenciales, como también lo es la forma en la que cerramos el discurso. Daniel Rodríguez explica que “cómo comenzamos y cómo terminamos es lo más importante, sin olvidar que el resto del discurso también debe contener dosis de impacto para evitar caer en el aburrimiento”. Las primeras frases deben servir no sólo para enganchar a la audiencia, sino también para proyectar la imagen que deseamos crear de nosotros mismos.
3. El poder de las anécdotas: si hay algo capaz de llegar al gran público es compartir una anécdota. Este fue el caso de un famoso discurso de Michelle Obama que recordó su juventud con el presidente Barack Obama y su noviazgo para pedirle que volviese a presentarse a la presidencia. La humildad y cercanía del discurso consiguió ganarse la empatía de los presentes y de quienes siguieron sus palabras a través de los medios de comunicación.
4. Explotar lo común: el ejemplo de Michelle Obama no sólo muestra cómo una anécdota puede conmover, sino también la fuerza que tienen ciertos elementos que comparte la mayoría de la población y que servirán para que el auditorio se identifique contigo.
5. Aliarse con el miedo: el pánico escénico puede hacer presa del orador más experimentado. Así lo precisa Manuel Campo Vidal, presidente de Next IBS, quien precisa que es necesario aprender a gestionar la tensión propia de este tipo de intervenciones y aprovecharla para transmitir fuerza y vitalidad, siempre que el discurso lo requiera.
6. Relajarse: si no consigues aliarte con el miedo y la tensión es demasiado fuerte, practica alguna técnica de relajación. Aún así, Manuel Campo Vidal explica que la tensión no es mala y que se debe tener siempre, aunque pasen muchos años.
7. Habla de lo que conoces: esta es una máxima que, además, está directamente relacionada con la tensión y los nervios. No hay nada como ser experto en una materia para parecer relajado y natural.
8. Tu cuerpo habla por ti: el cuerpo es capaz de transmitir mucho más de lo que uno piensa y quiere. Es necesario controlarlo para no comunicar nerviosismo, tensión o, peor todavía, abatimiento o aburrimiento. Las manos suponen uno de los mayores caballos de batalla. Si no se sabe que hacer con ellas, hay que evitar meterlas en los bolsillos o cruzar los brazos. En su defecto, utiliza algún objeto para sujetar como pueden ser unas gafas, un bolígrafo, un puntero. Desde Next IBS explican la importancia de este lenguaje no verbal.
9. La mirada al frente: una buena sonrisa y una mirada cálida serán claves para acercarse al público. En este sentido es importante alternar la vista en lugar de fijarla en un solo punto. Todo el auditorio debe sentir que se dirigen a él y esto requiere mover la vista a lo largo del mismo, pero sin hacerlo de forma que se transmita nerviosismo o ansiedad.
10. Aprovecha el humor: hasta los temas más serios dejan siempre un lugar al humor. Cierta dosis de humor en el discurso ayudará a desentumecer a la audiencia.
11. Hablar con pasión: no hay nada peor que un orador que no sea capaz de transmitir a través de sus palabras. Hay que creer en lo que se cuenta.
En el mundo actual donde el vídeo se está estableciendo como el medio de transmisión de conocimiento preferido por parte de las generaciones futuras, “que cualquier persona aprenda de comunicación es necesario. Deben aprender para potenciar las demás habilidades que tengan”, recalca Campo Vidal, quien recuerda que “si no comunicas bien, no vendes”.
Por otro lado, si a pesar de tener todas estas pautas uno se equivoca, hay que seguir como si nada. Frases del tipo “Me he equivocado” o “He perdido el hilo” no ayudan y menos el tópico de “Qué nervioso estoy”. Jugar con los tiempos y silencios tambié pueden ayudar para afrontar con éxito una cita ante el público.
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